Destino


Digo tu nombre al viento
y el viento me llena los ojos de tierra
digo tu nombre al río
y el río pasa de largo
digo tu nombre entonces
a una canasta llena de huevos
digo tu nombre entonces a un semáforo
digo tu nombre, en fin, a muchas cosas
pero ninguna de estas acciones representa para mí
alguna ventaja apreciable y todo eso me parece
insensato
y en lugar de seguir diciendo tu nombre
salgo puerta por puerta con un portafolios
a vender enciclopedias
y me hago millonario
y después me muero
como todo el mundo

Mario Levrero